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La persona de la Virgen

Comentarios al Oficio de la Salutación

Agathángelos, Obispo de Fanari

"Ave María, Señora de todos  nosotros"

o más preciado que puede mostrar la humanidad durante tantos siglos se encuentra sin duda en  la  persona de la inmaculada Madre de Cristo. Por ello la doctrina patrística dedicó con profunda devoción una gran parte de su contribución escrita espiritualizante a tratar con divina inspiración la grandeza de la Virgen   y, especialmente, su participación en el misterio de la encarnación   divina.

Pero también las Sagradas Escrituras reclaman su parte en esta contribución, con el nombre llamado por Dios de la siempre virgen María, compuesto por las iniciales de las cinco mujeres del Antiguo Testamento los dones de éstas fueron en grado máximo reunidos por la Virgen, corona de las Gracias, según  San  Andrés de Creta. La Virgen y profetisa Miriam (María), hermana de Moisés, prefigura a la siempre virgen Hija, que profetizó  la futura gloria de Isabel. La hermosa Asenat, esposa del casto José, es modelo de la esposa Llena de Gracia de Dios Padre y de la Madre No Desposada del más hermoso por su belleza entre los hijos de los  hombres. La modestia y humildad de Rebeca, la madre de Jacob, responde en lo profundo de los siglos a la humildad de la Virgen, en la que Dios depositó sus esperanzas y a la que escogió como bendita entre las mujeres  para hacerse hombre en su vientre sin semilla. Así, como una nueva Judit (Iudith), la Virgen aplastó la cabeza de Holofernes, el Diablo raíz de todo mal, y   se reveló como protección terrible e invulnerable para los  hombres. Por fin, en lugar de Ana, que dio a luz al profeta Samuel, la columna del pueblo de Israel, la Inmaculada Madre de Dios dio a luz al Salvador del nuevo Israel de la  Gracia.

Por otro lado, Ana significa Gracia. La infecundidad de la profestisa Ana señala la esterilidad de los  corazones humanos antes de la aparición de Dios­hombre. Esta esterilidad fue abolida en la persona de la Virgen María, que cultivó a un grado inalcanzable la moral de las virtudes deseada por Dios, y Llena de Gracia engendró a Cristo, que desató los vínculos de esta  esterilidad.

De este modo, llegó a contribuir a la redención y purificación universal,  convirtiéndose  en  un  paraíso viviente que engendró a Cristo y alimenta con su gracia a toda la  Iglesia.

Alimenta con la Gracia que encontró ante Dios, como le reveló el Arcángel de la Anunciación y como en  pleno éxtasis lo canta San Sofronio, Patriarca de Jerusalén:

"No temas, María,
porque has encontrado en Dios la Gracia inmortal
(resplandeciente, ilustre, luminosa, inagotable, salvadora, eterna).
La  que  nadie nunca vio.
Nadie pudo recibirla.

Antes, claro, que tú,
hubo otros muchos santos,
pero ninguno recibió la gracia como tú
(no fue bendito, purificado, glorificado ni elevado como tú)...
ninguno se acercó a Dios
ni recibió la gracia de Dios como tú.

Superas a cuanto admiran los hombres,
estás por encima de todos los dones que Dios dio juntos a todos
".

La Virgen ilumina los órdenes de los ángeles, desposa a las almas de los santos, da gracia a los espíritus de los justos, santifica a los cristianos piadosos, vela y previene y reza por la grey de su Hijo con sinceridad maternal. Las Gracias, las intercesiones, los milagros, su invulnerable tutela brotan de la fuente inagotable de la compasión materna, difunden por el género humano, que sin su piedad muere de inanición espiritual, la conmiseración de la misericordia  divina.

Y nosotros, depositando nuestra esperanza en el dulce río de la piedad de la Santísima Madre de Dios, luchemos por dar frutos dignos de la salvación, bajo su protección plena de   gracia.

Es lo que cada noche revelamos ante su icono:

"Toda esperanza mía en ti deposito,
Madre de Dios, guárdame bajo tu tech
".

"Reina y Señora de todo, llena de gracia,
escucha a quienes te suplican
".

FONTE:

Αποστολική Διακονία της Εκκλησίας της Ελλάδος

 

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