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«Sobre las Reglas de la Oração»

sta sección tiene por objetivo presentar al lector las reglas de oración clásicas, ya utilizadas hace muchos siglos por los Padres Espirituales de la Iglesia Ortodoxa con cierta frecuencia.

Para ello es necesario recordar que una regla de oración ideal es aquella prescrita individualmente por el padre espiritual del fiel orante. Vale la pena que se haga todo esfuerzo posible para encontrar un padre espiritual que pueda atender las necesidades del fiel, no importando o cuán distante esté él, o cuán difícil pueda ser estar en contacto con él frecuentemente.

Las reglas aquí son ilustrativas y recomendamos la búsqueda de un padre espiritual que pueda dar toda la asistencia necesaria a la vida espiritual del orante.

Regla básica: Oraciones básicas

Al utilizar el cordón de oración ortodoxo, algunas oraciones deben de estar presentes en nuestra memoria para poder realizar toda la oración del cordón sin interrupciones y sin perder la concentración.

1ª. La Oración de Jesús:

«¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!»

2ª. Súplica a la Madre de Dios:

«¡Madre de Dios, intercede por mí, pecador!»

3ª. Trisagio (i.e. Tres veces santo):

«Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de nosotros!» (tres veces)

4ª. Doxología:

«Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo,
ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.»

5ª. La Oración del Señor (Padre Nuestro):

«Padre nuestro que estás en el Cielo
Santificado sea tu nombre
Venga a nosotros tu reino
Hágase tu voluntad

El pan nuestro de cada día dánosle hoy
Perdona nuestras deudas
Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores
No nos dejes caer en la tentación
Más líbranos del mal

Porque tuyo es el Reino, tuyos el Poder y la Gloria,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.»

Una vez memorizadas estas oraciones básicas, tomemos como meta la oración diaria. Ella puede ser corta o larga, de acuerdo con las posibilidades del tiempo o del deseo del orante. Estipule una meta diaria de cuántas oraciones serán realizadas y en qué periodos del día.

Para comenzar, no establezca un número muy alto de oraciones. Apenas cien oraciones son suficientes y pueden ser llevadas a cabo en veinte minutos.

Tome su cordón y comience presionando la cruz y persignándose. Pase al nudo mayor del cordón y comience el periodo de oración de la siguiente manera:

«¡Gloria a Ti, oh Señor Dios Nuestro, Gloria a Ti!»

«¡Ampáranos, sálvanos, ten piedad de nosotros y guárdanos, oh Dios, por Tu Gracia!»

Enseguida, rece la Oración del Señor (Padre Nuestro).

Pasando al primer nudo de su cordón, comience las Oraciones de Jesús, una por cada nudo.

En los divisores, rece la Súplica a la Madre de Dios.

Al acabar el número de Oraciones de Jesús establecido, acabe el cordón con el Trisagio y la Doxología.

Persígnese nuevamente y medite un poco sobre la oración realizada.

Mantenga su regla de oración del mismo modo, intentando mantener siempre el mismo horario. En los días en que no pueda conseguir llevar a cabo su regla, actualícese en el día siguiente, rezando el doble.

Regla de Oración de San Juan Crisóstomo

Esta es una regla simple y directa, mas necesita de una buena memorización y cierta disponibilidad de tiempo.

San Juan Crisóstomo, autor de la Divina Liturgia hoy practicada por las Iglesias ortodoxas en todo el mundo, dejó un conjunto de oraciones para ser rezadas a cada hora del día y de la noche. Esta regla consiste en rezar un cordón por hora, con la oración correspondiente.

Está claro que el orante no precisa estar despierto las veinticuatro horas del día, pero puede mantener las oraciones durante el día en los periodos en que esté despierto y, en las horas en que el sueño no se presenta, seguir con las oraciones hora a hora.

Basta recitar a cada hora un cordón completo con la oración correspondiente, tal como sigue:

  1. Oh Señor, no me prives de Tu Bendición Celestial.
  2. Oh Señor, líbrame del tormento eterno.
  3. Oh Señor, si yo pequé por pensamientos, palabras o acciones, perdóname.
  4. Oh Señor, líbrame de toda ignorancia, de la mezquindad del alma y de la dureza del corazón.
  5. Oh Señor, líbrame de toda tentación.
  6. Oh Señor, ilumina mi corazón oscurecido por los deseos del maligno.
  7. Oh Señor, siendo yo un ser humano, soy pecador. Siendo el Señor Dios, perdóname en Tu Amor, pues Vos sabéis que mi alma es débil.
  8. Oh Señor, envía tu Gracia en mi auxilio, para que yo pueda glorificar Tu Santo Nombre.
  9. Oh Señor Jesucristo, inscribe a Tu siervo en el Libro de la Vida y concédeme un fin bendecido.
  10. Oh Señor mi Dios, aunque no haya hecho el bien para Ti, sin embargo concédeme, de acuerdo con Tu Gracia, que pueda comenzar a hacerlo.
  11. Oh Señor, rocía mi corazón con Tu Gracia.
  12. Oh Señor del Cielo y de la tierra, acuérdate de mi, Tu siervo pecador, impuro y frío de corazón, en Tu Reino.
  13. Oh Señor, acepta mi arrepentimiento.
  14. Oh Señor, no me abandones.
  15. Oh Señor, sálvame de la tentación.
  16. Oh Señor, concédeme pensamientos puros.
  17. Oh Señor, concédeme las lágrimas del arrepentimiento, el recuerdo de la muerte y el sentido de la paz.
  18. Oh Señor, concédeme la humildad, la caridad y la obediencia.
  19. Oh Señor, concédeme la confesión de los pecados.
  20. Oh Señor, concédeme la tolerancia, la magnanimidad y la dulzura.
  21. Oh Señor, sitúa en mí la fuente de todas las bendiciones: el temor de Ti en mi corazón.
  22. Oh Señor, concede que pueda amarte con todo mi corazón y toda mi alma, y que pueda obedecer siempre tu voluntad.
  23. Oh Señor, defiéndeme de las personas y también de los demonios, de las pasiones de todos los errores.
  24. Oh Señor, que Creó al todo y que sobre el todo ejerces Tu Voluntad, haz que Tu Voluntad también me tome, yo pecador, por Tu Eterna Bendición. Amén.

El Cordón de oración de la Iglesia Ortodoxa

El cordón o cuerda de oración, llamado en ruso "chotki" y en griego "komboskini", es un lazo trenzado de nudos, por lo general realizado con lana y, a veces, con cuentas de madera, que se usa para mejorar el seguimiento del número de rezos en los momentos escogidos para la oración privada. Normalmente, se utiliza con la "Oración del Nombre de Jesús": "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi, pecador". Históricamente su forma típica tenía 100 nudos, pero los cordones de oración con 300, 50, o 33 nudos o, comunmente menos, 250 o 12, también suelen emplearse adaptándose a los objetivos de cada orante. Es común igualmente que al final se encuentre anudada una cruz y consta también de unas cuentas en ciertos intervalos entre los nudos. El propósito -la utilidad- del cordón de oración es contribuir a adquirir una mayor concentración en el contenido de los rezos durante la oración y no tanto, aunque también, al conteo de rezos por sí mismo.

Su invención es atribuida a San Pacomio (séc. IV) como ayuda para los monjes analfabetos y que estos pudiesen lograr con facilidad un número constante de rezos y de postraciones. Se pretendía que, portando el cordón de oración, los monjes tuvieran siempre presente la prescripción de San Pablo en la Iª Epístola a los Tesalonicenses 5, 17: "Orad constantemente".

En algunos libros rusos de servicios, algunos de estos pueden ser sustituidos, según la necesidad, rezando la "Oración del Nombre de Jesús" un especificado número de veces, normalmente de 300 a 1500 veces dependiendo del servicio que haya sido sustituido. De este modo, si en un momento dado no se dispone, por cualquier razón, de los libros de servicios, los rezos sí pueden ser efectuados. El empleo del cordón de oración se hace en estas situaciones muy práctico.

El cordón de oración tiene paralelismos con otros objetos similares en otros grupos y confesiones religiosas; por ejemplo, en el caso del cristianismo romano, el rosario.

Nota:

La presente entrada es traducción de parte del artículo de la Orthodoxwiki sobre el mismo tema.

 

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