São Nicolau Cabasilas

teólogo laico grego (c. 1320-1363)

obrino del célebre polemista Nilo C. N. hacia 1320 en Tesalónica y m. antes de 1391. Estaba ligado al círculo que colaboraba estrechamente con el emperador Juan VI Cantacuceno. Sin embargo, no era, como se dice, arzobispo de Tesalónica; probablemente no era ni clérigo. No obstante, parece que figuraba en 1354 como candidato al trono patriarcal.

C. fue un hombre instruido y hábil, uno de los mejores escritores de la Iglesia griega en el s. XIV. En el asunto de los hesicastas se colocó del lado de Gregorio Palamas y lo defendió con ardor contra Nicéforo Gregoras (escribió un panfleto titulado «Contra los desatinos de Gregoras»: PG 148,61). Combatió también a los latinos con motivo de la forma de la eucaristía. La consagración, dice (PG 150,426), requiere, juntamente con las palabras de la institución de la Eucaristía, las oraciones que siguen, en las que se invoca al Espíritu Santo.

Fuera de estas polémicas, C. compuso algunos tratados y algunos sermones notables, la mayor parte de los cuales están editados. Los mejores son La interpretación de la santa liturgia y La vida en Cristo.

La interpretación... (PG 150,368-492; Sources chrétiennes, 4 bis, París 1967; trad. francesa de S. Salaville, París-Lyon 1943, 2 ed. París 1967; trad. rumana de E. Branisté, Bucarest 1943; trad. inglesa de J. M. Mc Nulty, Londres 1960) es una excelente exposición metódica y doctrinal de los ritos y de las fórmulas de la misa bizantina. El libro fue consultado en las primeras deliberaciones del conc. de Trento sobre el sacrificio eucarístico. Bossuet, al citarle en 1689, llama a C. «uno de los más sólidos teólogos de la Iglesia griega».

La vida en Cristo (ed. por w. Gass, Greifswald 1848, 2 ed. 1899; reimpreso en PG 150,493-725; trad. francesa de S. Broussaleux, Amay 1932 y Chevetogne 1960; trad. alemaria de G. Koch-E.) presenta la vida espiritual como una vida de unión con Cristo que se nos comunica por medio de los sacramen- tos. Esta vida es obra de la gracia divina, de Cristo que obra de una manera especial por medio del Bautismo y de la Eucaristía. Esta gracia exige, sin embargo, una cooperación humana: la buena voluntad que se somete a la gracia. La ed. española (3 ed. Rialp, Madrid 1957) va acompañada de un amplio estudio preliminar de los PP. L. Gutiérrez Vega y B. García Rodríguez.

Otro grupo de escritos lo constituyen algunos discursos religiosos u homilías: Homilía contra los usureros (PG, 150,728-749); Panegírico de santa Teodora (PG, 150, 753-772; Acta Sant., Abril I, 55-69); Panegírico de San Demetrio, en Th. Ioannou, Mnemeia hagiologica, Venecia 1884, 67-114; Homilías mariales: sobre la Natividad, la Anunciación, la Dormición, ed. O. Jugie, en Patrologia Orientalis, XIX, 1925, 456-510; He Theometor. Treis theometorikes homilies, Atenas 1968. Hay que añadir también una corta Priere a Jésus-Christ, ed. y trad. en «Échos d'Orient», XXXV (marzo 1936). Para las otras ed. parciales, cfr. H. O. Beck, Kirche und theologische Literatur im byzantinischen Reich, Munich 1959, 780-783.

G. Horn (La vie dans le Christ de N. Cabasilas, «Rey. d'ascetique et de mystique» 3 (1922) 20-45) ha resumido en las cinco ideas siguientes la doctrina de C.: 1) la compenetración del mundo futuro y del mundo presente; 2) los sentidos espirituales y las facultades espirituales; 3) las relaciones íntimas del cristiano con Cristo; 4) la obra del hombre en la unión a Cristo; 5) el amor puro. Simplemente, se podría reducir la doctrina espiritual de C. a la doctrina del Cuerpo místico de Cristo, del que «nosotros somos los miembros y él es la cabeza» (PG 150, 500 D).

Bibliografia:

W. GASS, Die Mystik des Nikolaus Cabasilas vom Leben in Christo, Griefswald 1849 y 1899; T. FERNET, Cabasilas Nicolas, en DTC II, col. 1292-1295; S. SALAVILLE, Cabasilas Nicolas, en DSAM II, col. 1-9; E. TONIOLO, La mariologia di Nico- la Cabasila, Vicenza 1955; I. SEVCENKO, Nicolas Cabasilas "Anti-Zealot" Discourse: A Reinterpretation, «Dumbarton Oaks Papers», XI (1957) 79-171; M. LOT-BORDINE, Un ma!tre de spiritualité bizantine au XIVe siecle. Nicolas Cabasilas, París 1958; G. GHARIB, Nicolas Cabasilas et l'explication symbolique de la liturgie, "Le Proche-Orient chrétien" 10 (1960) 114-133; P. NELLAS, Prolegomata eis ten meleten Nikolaou tou Kabasila, Atenas 1968.

TOMAS SPIDLIK.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991

A vida de Jesus Cristo, livro 6

«Um paralítico trazido por quatro homens»

Invoquemos Cristo a toda a hora, Ele, o princípio de todos os nossos pensamentos. Para o invocar, não é preciso nenhuma preparação da oração, nem lugar especial, nem clamor. Com efeito, Ele não está ausente de nenhum lugar. É impossível que não esteja em nós, pois Ele está mais próximo daqueles que o buscam do que o seu próprio coração. Em consequência, devemos acreditar que Ele nos atenderá para lá das nossas preces, e não duvidarmos disso, apesar dos nossos defeitos. Tenhamos antes confiança, pois Ele é bom para os ingratos e para os pecadores que o invocam. Longe de menosprezar as preces dos ses servos rebeldes, desceu à terra e, em primeiro lugar, chamou aqueles que ainda O não tinham chamado, e nem sequer tinham nunca pensado nEle: «Eu vim, disse Ele, chamar os pecadores» (Mt 9,13). Se Ele procurou os que não O desejavam, o que não fará se o invocam? Se Ele amou os que O odiavam, como iria afastar aqueles que O amam? «Se, sendo inimigos, fomos reconciliados com Deus pela morte de Seu Filho, com mais razão, depois desta reconciliação, seremos salvos pela sua vida.» (Rm 5,10)