¿Como Sera el Cristianismo del Proximo siglo?

Las respuestas del teólogo ortodoxo francés Olivier Clément

ROMA, 16 sep

Olivier Clément, Teólogo ortodoxo

ómo será el cristianismo del próximo siglo? Ante el progresivo afirmarse de una sociedad pluralista y globalizada, tenderá a encerrarse en sí mismo en modo más o menos integrista, o se abrirá al descubrimiento del «otro», dispuesto a dejarse enriquecer y al mismo tiempo a enriquecerlo?

Para el teólogo ortodoxo francés, Olivier Clément, no hay dudas: el cristianismo escogerá la vía de la apertura y de la relación con el mundo y con las otras Iglesias, respondiendo de esta manera a su auténtica esencia. Estos temas son la parte central del libro «El poder crucificado» (Ed. Qiqajon), que recoge tres ensayos iluminadores de Clément, aparecidos en la revista francesa «Contacts». Manteniendo un denso diálogo con los mayores filósofos religiosos de nuestro tiempo (Ricoeur, Lévinas, Berdjaev, Solov'ev), Clément pone en evidencia no sólo que la mundialización y el pluralismo no deben generar temor sino que más bien representan una ocasión histórica para la plena realización del cristianismo.

«El pluralismo --escribe Clément-- nos lleva a profundizar el Evangelio, a descubrir el pleno significado de la relación, a desarrollar el paradigma de una civilización planetaria y al mismo tiempo global». La enseñanza cristiana es de hecho la de amar a los propios enemigos y de no imponer nunca el bien con la fuerza. El cristianismo para Clément implica ya de hecho una concepción pluralista, porque se inclina por naturaleza al descubrimiento de que los seres y las cosas existen más allá del fanatismo. Por tanto, la vocación cristiana no es la alianza entre el trono y el altar, sino la vocación «moderna» de la libertad y del diálogo impresa por el Concilio Vaticano II.

«En la perspectiva evangélica el verdadero poder es el de Dios crucificado: un poder que quiere la alteridad del otro hasta dejarse matar para ofrecerle la resurrección».

Como condiciones para el afirmarse en la historia de este «poder crucificado», Clément mantiene que es necesario que haya un poder político laico que garantice la libertad y pluralismo y obstaculice la violencia destructiva. Y a este fin responden las modernas concepciones democráticas fundadas sobre los «derechos humanos» que son como la preparación del terreno para el florecer de los frutos del Espíritu.

El ideal delineado por Clément es por tanto el de un «Estado de derecho» global, en cuyo interior la Iglesia o las Iglesias, actúan como «élites de irradiación, privadas de poder concreto, pero fuertes con una verdadera autoridad». Es el fin de los sueños teocráticos y de la tentación de los «reyes cristianos». La idea medieval del imperio confesional se sustituye por un imperio universal de los derechos, que garantice a la autoridad espiritual la posibilidad de inspirar a la sociedad sólo con la humilde fuerza de la fe.

Fonte: Zenit.org